“Question of science, science and progress…” así dice una estrofa de una de mis canciones preferidas de Coldplay: “The Scientist”... si las cosas fueran preguntas de ciencia...
Llegar a pensar que algo tan complejo como una célula, un rinoceronte o un ser humano han surgido con el tiempo, el azar y la necesidad es muy delicado; al menos, difícil de creer, y cuanto menos, nos rebaja profundamente el ego y nuestras esperanzas en un Dios creador. Pensar en Dios y en diseño inteligente es siempre más fácil y más religiosa, social, y políticamente correcto, pero la Ciencia no parte de hipótesis preestablecidas, y mucho menos se rebaja a aceptar la opinión predominante, normalmente la más ignorante…
Miramos alrededor y vemos que lo que verdaderamente descubre la realidad y mejora nuestra calidad de vida tiene que ver con ciencia y conocimiento y con científicos y personas subordinadas a la ciencia y al conocimiento (profesores, médicos, ingenieros…). El conocimiento, la ciencia y su difusión han revolucionado el mundo, lo cambian y lo cambiarán si le damos la oportunidad. El conocimiento es poder, y ese poder debe ser patrimonio de la humanidad. Pero también es cierto que en un mundo sumergido en el mercado mundial, y por ello, en la competitividad y en el egoísmo; la ciencia y sus descubrimientos se transforman progresivamente en un negocio. Un negocio que puede, con mucha suerte, ser muy poco rentable a corto plazo, pero que a medio/largo plazo asegura frecuentemente rentabilidad elevada, es por ello que requiere paciencia. Hay científicos que lanzaron hipótesis que ahora no tienen ninguna validez. Otros muchos que no terminaron su trabajo. Otros que pasaron sin pena ni gloria. Pero siempre aumentaron, en mayor o menor medida, el nivel de conocimiento y eso es la tarea que mueve la ciencia. Los pequeños pasos son fundamentales, apenas existen científicos que en pocos años hagan avanzar al mundo de una forma revolucionaria; son ellos los más famosos, pero también debemos homenajear y reconocer a los científicos que lo hacen discretamente, cavilando días y días y analizando cuidadosamente la realidad que quieren describir y en la que quieren profundizar. Es eso lo que ralentiza la ciencia, la prudencia, el análisis delicado, la publicación y la comprobación de lo descrito, y es eso un instrumento que asegura su exactitud y le aporta su auténtico valor.
Miramos alrededor y vemos que lo que verdaderamente descubre la realidad y mejora nuestra calidad de vida tiene que ver con ciencia y conocimiento y con científicos y personas subordinadas a la ciencia y al conocimiento (profesores, médicos, ingenieros…). El conocimiento, la ciencia y su difusión han revolucionado el mundo, lo cambian y lo cambiarán si le damos la oportunidad. El conocimiento es poder, y ese poder debe ser patrimonio de la humanidad. Pero también es cierto que en un mundo sumergido en el mercado mundial, y por ello, en la competitividad y en el egoísmo; la ciencia y sus descubrimientos se transforman progresivamente en un negocio. Un negocio que puede, con mucha suerte, ser muy poco rentable a corto plazo, pero que a medio/largo plazo asegura frecuentemente rentabilidad elevada, es por ello que requiere paciencia. Hay científicos que lanzaron hipótesis que ahora no tienen ninguna validez. Otros muchos que no terminaron su trabajo. Otros que pasaron sin pena ni gloria. Pero siempre aumentaron, en mayor o menor medida, el nivel de conocimiento y eso es la tarea que mueve la ciencia. Los pequeños pasos son fundamentales, apenas existen científicos que en pocos años hagan avanzar al mundo de una forma revolucionaria; son ellos los más famosos, pero también debemos homenajear y reconocer a los científicos que lo hacen discretamente, cavilando días y días y analizando cuidadosamente la realidad que quieren describir y en la que quieren profundizar. Es eso lo que ralentiza la ciencia, la prudencia, el análisis delicado, la publicación y la comprobación de lo descrito, y es eso un instrumento que asegura su exactitud y le aporta su auténtico valor.
Será que hacer ciencia es un proceso largo, duro y difícil, pero es, sin duda, el más rápido para cambiar el mundo... a mejor o a peor, para ello hay que dotar a la ciencia de moral y ética global…
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