lunes, 17 de enero de 2011

Sueño y vigilia

El sueño es un estado de inactividad o reposo, que podemos distinguir claramente del estado activo o vigilia. En todos los seres vivos, incluidos los seres unicelulares se alternan estados de actividad y reposo, sin embargo, el tipo de sueño  cambia en la escala filogenética. El sueño conductual –con un umbral de respuesta notablemente más alto ante estímulos que el que se presenta en el simple reposo- se presenta claramente sólo en vertebrados superiores, a partir de reptiles. Pero el sueño verdadero (que junto con las características comportamentales se expresa una fenomenología bioeléctrica y fisiológica propia) aparece filogenéticamente con la homeotermia (con aves y mamíferos). En las escala biológica, existe una posible excepción al dormir, y es que los delfines y ciertas clases de ballenas y focas, son capaces de estar siempre, medio despiertos para mantener adecuadamente funcionando la respiración, y lo hacen durmiendo con un hemisferio cerebral y luego el otro. De hecho, el delfín deja de respirar si se le dan drogas que lo hacen dormir, afectando simultáneamente a los dos hemisferios cerebrales.


Pero ¿es imprescindible dormir? Sí, porque sencillamente, los animales que no duermen mueren. En la actualidad, dos parecen ser las teorías que más adeptos tienen: unos creen que es necesario dormir como una táctica para conservar energía (ya que se aminora la actividad) y otros creen que el cerebro necesita quedar fuera de uso para desarrollar otras funciones importantes que no puede realizar fácilmente mientras se está consciente.

Podemos considerar que el sueño es un descanso para el cerebro dado que es obvio que después de un día de esfuerzo intelectual (y físico), apetece dormir, y que después del sueño, nos encontramos reparados física y mentalmente. Centrándonos en la recuperación intelectual, nos debemos hacer la pregunta de ¿por qué el sueño supone un descanso para el cerebro? Algunos autores han propuesto que el sueño se utiliza para recargar la energía de las células cerebrales. Como sabemos el tejido cerebral es metabólicamente muy activo y tiene un alto gasto calórico. Pero su única fuente de energía es la glucosa que le aporta la sangre, y la célula nerviosa no tiene como acumularla, ni tampoco puede acumular glucógeno. De acuerdo a esta hipótesis, durante el sueño la célula nerviosa procesa la glucosa y almacena la energía como ATP. Pero además, mientras se duerme, está claro que el cerebro está activo. Algunos investigadores como Clarlyle Smith y colaboradores de la Universidad de Trent en Peterborough, creen que el sueño tiene una función más sofisticada y piensan que está relacionado con el proceso de la memoria. Así durante los estados de vigilia, nosotros captamos diversos acontecimientos y el cerebro tiene la propiedad de tamizar muchas de esas experiencias y sólo retiene las más trascendentes en la llamada memoria de largo plazo. Este proceso se realizaría durante todo el sueño y muy especialmente en la fase REM. También se sospecha que cuando aprendemos algo en vigilia, por ejemplo, estudiando, si inmediatamente después de estudiar, nos dormimos, la asimilación del conocimiento es más efectiva y duradera, lo cual invita a pensar en el sueño como “reforzador” del aprendizaje/memoria.

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