Domingo 11:00 a.m. Tras una noche de excesos con el alcohol etílico y después de acostarte a altas horas de la madrugada, te despiertas de golpe, y te incorporas con lentitud. Ahora te sientes con dolor de cabeza, fatiga, mucha sed, te “arde” el estómago, tienes visión borrosa, temblores, diarrea, mareos, náuseas, te agobias… efectivamente, tienes resaca. Lo siguiente será: no debí haber bebido tanto, quien me manda, soy un irresponsable, la última vez…
El alcohol etílico es tóxico para el organismo, pero consumido de forma esporádica y a dosis bajas, sus efectos son rápidamente reversibles. El problema son las dosis elevadas. El etanol ingresa al organismo generalmente por vía oral. La absorción inicial se produce en el estómago en el transcurso de 10 minutos, pero la absorción principal (80%) se produce en el intestino delgado, en ambos casos, el etanol atraviesa las membranas celulares por difusión simple. Una vez absorbido, el etanol llega a la sangre. El metabolismo del etanol requiere su eliminación, y lo hace por ciertas rutas metabólicas menores (esterificación de ácidos grasos, glucoronoconjugación, etc.) o por otras vías no oxidativas: orina, respiración, sudor es generalmente inferior al 6-10%, aún en condiciones de sudoración, poliuria o aceleración del ritmo respiratorio (Harger, Forney, 1963; Agarwal, 1998), y por rutas metabólicas principales o mayores.
En la sangre, el etanol, debido a su polaridad se disuelve con facilidad y se distribuye por los tejidos en función de la cantidad de agua corporal relativa por tejido. En el hígado, el principal órgano detoxificador, se produce su oxidación. Allí intervienen dos enzimas la alcohol deshidrogenada (ADH) y el citocromo P450 (CYP2E1). La ADH se encuentra en el citoplasma del hepatocito y se encarga de transformación del etanol en acetaldehído acoplado a la reducción de un NAD+. La otra vía de eliminación del etanol mediada por el citocromo P450II-CYP2E1 del retículo endoplasmático liso, se estimula con el aporte etílico prolongado, y puede producir, incluso en ausencia de alcohol, cantidades de “agentes oxidantes” (superóxido o peróxido de hidrógeno) que provocan daño celular. La catalasa en presencia de peróxido de hidrógeno cataliza la oxidación del etanol a acetaldehído.
El acetaldehído producido en ambas vías, es un compuesto bastante tóxico y en exceso es el causante de muchos de los síntomas de la resaca. LA ALDH (enzima citosólica) es la acetaldehído deshidrogenada, y es capaz de oxidar el acetaldehído a acetoacetato acoplado a la reducción de NAD+ (así como se sospecha del sistema MAOS). La ingestión excesiva de etanol conlleva un gasto extra de NAD+ que provoca la detención de la vía glucolítica a nivel de la Gliceraldehido-3Pi DH. El acetatoacetato, resultado final, es metabolizado en otros tejidos, y en el propio hígado, a Acetil-CoA que sigue sus propias rutas metabólicas.
Cuando todo este sistema de detoxificación es insuficiente para la cantidad excesiva de etanol consumido por unidad de tiempo (se pueden metabolizar entre 20 y 30 gramos de alcohol por hora), se produce la intoxicación etílica (o borrachera). El nivel de alcoholemia alcanzado dependerá de la cantidad de alcohol ingerido, peso y sexo del sujeto, modo de ingesta (en ayunas o con repleción gástrica), grado de alcohol de la bebida y de la tolerancia. Podemos considerar que el etanol ingerido en exceso provoca diferentes efectos, principalmente:
-Los detoxificación metabólica del alcohol en el hígado, produce dos efectos principales. En primer lugar y como hemos indicado la producción del acetaldehído, que es una molécula tóxica y en segundo lugar la inhibición de la glucólisis, a nivel de la Gliceraldehido-3Pi desgidrogenasa, así se frena el flujo glucolítico. Además se produce un aumento de producción de lactato y ácidos grasos, se inhibe el metabolismo del ciclo del ácido cítrico hepático y la menor oxidación de los ácidos grasos, dado la mayor relación (NADH + H+)/NAD+ producida por la oxidación del alcohol. También se produce una hiperuricemia (aumento de ácido úrico en sangre) que obedecería al recambio acelerado del AMP, parte del cual ingresa en la vía para la degradación de los nucleótidos purínicos. También se ha observado que se produce una hipoglucemia.
-En el sistema nervioso central: actúa como depresor primario del SNC. No conocemos el mecanismo de acción que produce la toxicidad aguda del etanol. Lo más probable es que el etanol interaccione o altere la función de los receptores de los neurotransmisores con acción estimulante (NMDA), los neurotransmisores con acción inhibitorios (GABA) o los neurotransmisores serotonina y dopamina. En términos generales tenemos que las sensaciones iniciales son de disminución de las inhibiciones y ligera alteración de las sensaciones; luego aparece un comportamiento emocional exagerado, pérdida de la coordinación motora, problemas de equilibrio y visión doble, asimismo se afecta el habla. Cuando la concentración de alcohol alcanza el 0.1% en sangre, se produce el estado tóxico en el que el sujeto no puede coordinar su pensamiento, ni sus movimientos, además se afecta notoriamente la cognición y el juicio; al llegar al 0.5% hay pérdida de conciencia asociado a la depresión de los centros inferiores que afectan la respiración y los reflejos espinales; y por encima del 0.55% puede producirse la muerte.
-En las vías digestivas, se producen erosiones en la mucosa gástrica que provoca la irritación del sistema digestivo, lo que puede causar úlceras, gastritis y una absorción incorrecta de los nutrientes.
-El etanol inhibe la hormona antidiurética o arginina vasopresina que es la responsable de la recaptación de agua en el túbulo distal y los tubos colectores renales, por tanto, aumenta la diuresis. Esto provoca una deshidratación general. Además se produce una vasodilatación cutánea, provocando el clásico enrojecimiento de la piel, y sudoración, complicando la deshidratación y generando una hipotermia sistémica, dado que el flujo de sangre en los órganos vitales disminuye.
Después de excederte con el alcohol, la mañana es dura, mañana de resaca, y ahora se observan los efectos: te sientes fatigado (principalmente la hipoglucemia provoca una sensación de debilidad y agotamiento físico), tienes mucha sed (elevada deshidratación), te “arde” el estómago, tienes diarrea, náuseas (mucosa gástrica irritada), te duele la cabeza (principalmente debido a la deshidratación, el organismo tiende a extraer agua de los tejidos donde existe, como en el líquido cefalorraquídeo, y es de allí de donde el organismo la extrae, provocando la unión de las meninges y generando el clásico síntoma), dolor de garganta, frío general (debido a la hipotermia)… mal estar general.
El consumo continuado de alcohol produce adaptación del SNC y tolerancia, los alcohólicos a menudo muestran una mayor velocidad de depuración del etanol sanguíneo. Los mecanismos sugeridos incluyen, inducción de ADH, mayor capacidad de transporte, mayor reoxidación de NADH + H+, inducción de CYP2E1 y la liberación de citoquinas o prostaglandinas que aumentan el consumo de oxígeno de los hepatocitos.
-“Enzimas del metabolismo del etanol: su posible contribución a la predisposición genética del alcoholismo.” SANCHIS FORTEA, M.*; CUEVAS BADENES, J.**; SANCHIS ARNAU, Mª A. ***.* Médico Jefe Clínico Unidad Desintoxicación Hospitalaria Bétera (Valencia). ** Médico Responsable Unidad Alcohología. Valencia. *** Lcta. Farmacia. Valencia.
-Intoxicaciones por alcohol J.R. Lasarte Iradi.
- HCSP (Hepatitis C Support Project) • VERSIÓN 1.1 • Septiembre de 2006; 2009 (Alcohol and the Liver).
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