Que inventen ellos. Con esta frase lapidaria, Unamuno expresaba, a principios del siglo XX, la marginación histórica de la ciencia y la tecnología en España. Para muchos, el tópico respondía a un patriotismo renovado. Un estereotipo nacional asumido con orgullo. Otros lo rechazaban por humillante y por vergüenza nacional. Eran los tiempos de la crisis de 1898, la pérdida de colonias y de influencia internacional…
Unos cien años después, estamos (de nuevo) sumergidos en plena crisis de deuda (y de valores), con un déficit excesivo, mercados y Unión Europea acechando, y sin perspectivas claras de salida…